Acababa de ver en Filmin «Las tres noches de Eva«, una película de 1941 dirigida por Preston Sturges, y me metí a ver los comentarios de los usuarios en la plataforma.
Guerra de sexos en su estilo más glamouroso y blanquito (o quizá no tanto, con estas comedias clásicas uno tiene la sensación de que un segundo visionado mostraría que algunos diálogos esconden otro significado que a la primera se suelen escapar). La peli es una gozada, y las puntuaciones eran altas.
Y de repente me encuentro una puntuación baja unida al comentario de «Ha envejecido mal«. Y esto, como soy un señor mayor y empiezo a perder perspectiva de las cosas, me lleva un poco al enojo. Porque todos, como consumidores, nos creemos críticos. No con el derecho a criticar, sino a considerarnos «Críticos«.

«Ha envejecido mal» dice un usuario sobre una comedia rodada hace 84 años, una comedia que refleja una sociedad americana de entreguerras. Por supuesto que tiene que haber envejecido. Y «Fortunata y Jacinta» también, claro.
Y es que ese espacio en blanco que las plataformas dejan para los comentarios son muy golosos. Como si escribir ahí automáticamente le diera valor a tu opinión. Y ese alguien que la ha visto ha sentido la necesidad de dejar su opinión, vaya usted a saber en base a qué fundamentos, en una plataforma que se caracteriza por ser el sitio para los que disfrutan del buen cine, de que «ha envejecido mal».
Si no vas a aplicar unos criterios rigurosos al opinar sobre una película, creo que lo más apropiado sería decir «me ha gustado» o «no me ha gustado», pero sentar cátedra sobre la película en sí me parece uno de los grandes males que han traído las redes sociales: todos pueden opinar, y para que su opinión llame la atención debe ser lo más radical posible. Supongo que por eso las redes se llenan de críticas que empiezan con «La mejor película de xxx género» o «La peor película del año hasta ahora».
¿Se ha devaluado el papel de crítico en este mundo moderno, verdad? Que cualquier mindundi como yo pueda montarse un wordpress y opinar sobre cine le ha robado valor al oficio de analizar una película.
En los enlaces recomendados de google cada vez me salen más páginas de dudosa calidad, con titulares engañosos y llenos de contenido de relleno acompañando a una pequeña noticia que podría haberse contado en un solo párrafo. No es solo que vayan acompañados de faltas de ortografía, es que además cometen errores garrafales en la información cinematográfica que dan, cuando no parecen traducidos automáticamente de una página extranjera. Parece que hubiera mucha gente joven escribiendo en sitios aparentemente serios, pero sin tener ni idea.
¿Mi consejo? Buscad los cuatro o cinco medios de los que os fiéis, y prended fuego a todas las recomendaciones de facebook, google, instagram y demás, que son puros enlaces patrocinados.
Aunque quizá esto sea todo el resultado de que me hago mayor…